El presente escrito es una reflexión de cómo
y porqué llegué a involucrarme con la docencia a nivel medio superior así como
mi sentir y pensar de esta labor que llevo a cabo desde hace 6 años.
Mis inicios
Mi profesión de origen es la de Ingeniero en
Sistemas Computacionales, con la cual estuve ejerciendo durante 6 años en el
Área de Informática de la empresa de Acero Sicartsa (hoy llamada ArcelorMittal)
ubicada en Cd. Lázaro Cárdenas, Mich.
La decisión de iniciarme como maestra la
tomé realmente más por comodidad, pues cuando ya con mis gemelos de 2 años
quise volver a integrarme al ámbito laboral no quise regresar a un trabajo con
horario administrativo (mañana y tarde), sino que busqué uno de medio tiempo
para no abandonar tanto a mis hijos. De ese modo trabajé en una secundaria
privada durante 1 año; más adelante y por casualidad se me presenta la
oportunidad de cubrir a una maestra en un plantel de COBAEM y así fue como tuve
mi primer contacto con el subsistema al cual pertenezco hasta el día de hoy.
Desde que empecé en la secundaria a trabajar
como docente, me dije y lo sigo diciendo, que de haber descubierto que me iba a
encantar esta labor, lo hubiera hecho desde mucho antes!!!
El ser profesor de un bachillerato, me
recuerda a cuando yo misma pasé por esa etapa de joven bachiller, y creo
firmemente que el recordarme esto me ha ayudado a empatizar con mis alumnos,
pues en lugar de juzgarlos, busco entenderlos y juntos encontrar alternativas
y/o soluciones.
En lo personal creo que hasta hoy, a pesar de que no
soy docente normalista, he sabido sobrellevar mi rol de docente dentro del
aula, disfruto mucho mi trabajo!!!!, trato de enseñar mucho y de aprender más…
y creo que la actitud de uno se trasmite a los alumnos. Me da mucha
satisfacción ver el avance que van teniendo mis alumnos a lo largo del
semestre, es decir, comparo el cómo entraron y cómo salen en mi materia. Y más
satisfacción es cuando ellos mismos te lo dicen y agradecen: "y pensar que
antes me daba miedo agarrar una computadora!!!... gracias por todo
maestra".
Los motivos de insatisfacción que esta labor
me ha dado, no han salido de mi aula desgraciadamente, y digo desgraciadamente
porque de otra manera yo tendría el modo de cambiarlos. Lo que me desmotiva del
sistema educativo son las incongruencias que existen en el decir y el hacer de
los altos gestores educativos. Por ejemplo, el boom de la integración de
"competencias" a la currícula de nuestros programas (para imitar a
países primer mundistas), implica también reducir el número de alumnos por
grupo a 35 y contar además con el equipo tecnológico y de comunicación
necesarios para cubrir adecuadamente el programa por competencias.
Sin embargo la realidad, bueno, mi realidad
es muy distinta, los grupos con los que trabajo manejan un promedio de 48-52
alumnos, salvo uno que tuve el semestre pasado de 61 alumnos, y con los que hay
que trabajar en solamente 18 computadoras.
No ha sido fácil, pero a pesar de lo
anterior, he buscado las estrategias para sacar el mejor provecho de las
condiciones en que se trabaja, logrando desarrollar las competencias en mis
alumnos.
Un día de clases
Mis materias son de Capacitación
Informática, por lo que requieren más horas prácticas que teóricas.
Suponiendo que estamos ya iniciado el
semestre, en el laboratorio de cómputo (hora práctica), siempre antes que nada,
comento sobre lo que vamos a aprender esa clase, y hago referencia a un ejemplo
real de donde aplicarían ese nuevo conocimiento.
Para esta parte de la clase, me ayudó mucho
el haber tenido experiencia en mi área de carrera, por lo que siempre tengo anécdotas,
historias y experiencias para compartir. Con esto genero su atención y
comprensión de lo que le puede ayudar el adquirir esta nueva competencia.
Después pasamos a la etapa de ejemplo práctico, la cual me sirve para mostrarles paso a
paso el uso de la nueva herramienta (conocimiento), se aclaran dudas, se
rectifican ideas, se hacen diferentes
cuestionamientos que me permiten observar si el alumno por si mismo puede dar
respuesta y/o buscar una alternativa de solución, de lo contrario seguimos
ejemplificando hasta que el alumno encuentra la respuesta por si mismo.
Posteriormente paso a la etapa del ABP (aprendizaje basado en
proyectos), en donde se le dan al alumno las indicaciones generales y a detalle
del webquest que tendrá que realizar (en equipo o individual, según sea el
caso) para demostrar la adquisición de la o las competencias implicadas.
Las webquest que manejo están en un blog que
generé para mis alumnos, en donde están las reglas de trabajo, nomenclatura
para la entrega de tareas, archivos y correos electrónicos, tips y reglas de
búsqueda de información en internet así como ligas sugeridas para apoyar sus
trabajos.
Estos proyectos son para trabajarse en 3-4 horas
de clase práctica. Durante ese tiempo mi función es de monitor y guía, y para
los obstáculos que se le van presentando al alumno en el desarrollo del
proyecto, propicio que la solución la den en conjunto sus mismos pares. Si
observo que no encuentran una solución al problema, entonces sí intervengo con
ella.
Por otro lado, busco aplicar proyectos con
un significado y un objetivo más allá de la propia materia, es decir, son
proyectos inter-disciplinarios y con sentido de reflexión para el alumno. Desde
investigar un poeta latinoamericano, sus obras más reconocidas, identificar qué
elementos literarios intervienen en 4 obras elegidas por el mismo alumno, hasta
conocer los índices de natalidad de niños de madres con educación primaria,
secundaria o preparatoria, solteras, divorciadas, etc. de su propio estado y
localidad, investigados en INEGI.COM y subir un archivo en línea con las
gráficas resultantes para que otros lo consultemos, entre muchos otros.
Con esto además de estar aprendiendo las
herramientas tecnológicas propias de la materia de informática, adquiere conocimiento
e información de otros campos.
Me
queda claro que al final de cada clase, el aprendizaje no es solo del alumno,
sino de ambos, docente-alumno, crezco y aprendo junto con ellos, y espero me
quede mucho tiempo para seguir aprendiendo.